La fusión de Ethereum podría atraer inversores institucionales al staking
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Está previsto que de cara a mediados del mes de Septiembre se produzca la fusión de Ethereum, fusión en la que convergen la blockchain original de Ethereum con mecanismo PoW, conocida como ETH 1, y la blockchain con mecanismo PoS, conocida como ETH 2.
Desde finales de 2020 la red PoS de Ethereum ha estado funcionando en pruebas bajo el nombre de Beacon Chain, y una vez garantizada su estabilidad ya estaría en disposición de dar el siguiente paso. La fusión, conocida como “The Merge” se plantea como un antes y un después para el ecosistema Ethereum.
El PoS se impone de manera definitiva
Frente a la tradicional fórmula de minería a través de la Prueba de Trabajo o Proof of Work, el staking o Proof of Stake ha resultado claramente vencedor en su adopción por parte de los nuevos proyectos.
Se trata de un mecanismo que consume muchos menos recursos, es accesible a más gente y además es sostenible a nivel medioambiental.
Una vez que Ethereum abandone el PoW, las criptomonedas que se mantienen bajo este sistema se limitarán a Bitcoin, Litecoin, Monero y algún otro proyecto adicional.
El staking de Ethereum genera una alta expectación
Aún sin haberse producido la fusión de Ethereum, las expectativas sobre el staking de Ether son inmensas y ello debido a cómo se ha estado comportando ETH 2 en este tiempo mientras ha caminado en solitario.
Tal y como detallan desde Chainalisys, los inversores han realizado staking de Ether por valor de 30.000 millones de dólares, lo que de facto la convierte en la moneda con mayor volumen de PoS aún sin haberse producido la fusión, muy por delante de históricos como SOL o ADA:
Además, está previsto que después de la fusión se produzcan algunas mejoras en el mismo proceso de staking, por ejemplo permitiendo las retiradas de los Ether a voluntad que por el momento no está contemplado. Este tipo de iniciativas sin duda proporcionará una mayor liquidez al proyecto y generará un atractivo aún mayor al inversor.
El inversor institucional, a la caza
Uno de los aspectos más interesantes de la fusión de Ethereum y el paso a PoS es la posibilidad real de que haya un flujo de inversores institucionales que fijen su interés en esta criptomoneda.
Con sus evidentes diferencias, el staking es visto por muchos inversores como una suerte de inversión en bonos, donde a cambio de inmovilizar un capital vas recibiendo intereses periódicos. Por supuesto, al estar denominados en ETH puede haber fluctuaciones en el precio al cambio en dinero fiat (dólar, euro,…) pero no es menos inestable que invertir en bonos emergentes en divisa local.
La misma consultora Chainalisys ha reportado un crecimiento continuado de los stakers con carteras de más de 1 millón de dólares, lo que evidencia que dicha migración ha comenzado:
Por supuesto, el incremento en la actividad PoS sobre Ether supondrá no sólo una mayor estabilidad y robustez del ecosistema, sino por encima de todo un gran atractivo para futuros inversores con su consiguiente revalorización.
Los mineros de Ethereum tendrán que buscarse alternativas
A pesar de todas las bondades que traerá consigo la fusión de Ethereum, quienes indudablemente saldrán perjudicados son los mineros dedicados aún hoy a la minería de ETH a través de sus procesadores gráficos o GPU.
Se calcula que hay cerca de 370.000 mineros activos en Ethereum, en su mayoría el cambio hacia el minado de otras criptodivisas será complejo, ya que el procesador de una GPU no es suficiente para Bitcoin (que emplea ASIC en su defecto) y además ETH supone el 97% de toda la minería con GPU, lo que indica que difícilmente el trabajo pueda ser absorbido por el 3% restante:
En tal caso se espera que busquen salida en proyectos paralelos donde por el procesamiento de datos se ofrecen recompensa, como es el caso de Render Network o Livepeer.
